Misión cumplida
A MODO DE PREÁMBULO
En el libro ámame para que me pueda ir (RBA) planteamos que el éxito del proceso de educar radica en que nuestros hijos se conviertan en personas creativas, autónomas, pacíficas y amorosas, capaces de vivir vidas íntegras -las que ellos elijan-, y asuman sus responsabilidades como adultos. El gran reto es “dejarlos ir” sin entrometernos ni coaccionarlos. Para ello es necesario aprender nuevas formas de relacionarnos con los hijos adultos en lugar de comportarnos con ellos siguiendo los mismos patrones de cuando eran pequeños. Lo mismo vale respecto a nuestros padres. Si queremos recibir un trato adulto por su parte, será preciso cambiar algunas demandas, exigencias y formas de relación inmaduras.