Espacios emocionales protegidos
Imaginemos un segmento. En un extremo se halla la represión emocional total, el bloqueo, la negación del sentir o su contención. En el extremo opuesto está la incontinencia afectiva, la explosión, la impulsividad más absoluta. En el centro: la expresión de nuestras emociones teniendo en cuenta los principios ya formulados por Aristóteles: Expresar nuestro sentir, sí, pero a la persona adecuada, en el momento adecuado, con el propósito justo y de la forma correcta. El equilibrio se logra transitando por “el camino del centro”: el autocontrol emocional. Es importante no confundir autocontrol con represión. El autocontrol es una competencia emocional que nos permite gestionar de forma inteligente nuestros afectos mediante un trabajo en equipo del eje mente-emoción-acción. Cuanta mayor coherencia exista entre nuestro pensar, nuestro sentir y nuestras acciones, mayor equilibrio y bienestar habrá en nuestra vida.