Corazas emocionales (corazas, muros y miedos)
Un saco lleno de miedos. Quien se desconoce está lleno de miedos: miedo a sí mismo y miedo a los demás, miedo a la vida y miedo a la muerte, miedo a la compañía que tiene y a la soledad que provoca, miedo a lo conocido y a lo desconocido. Cuando no sabemos con qué recursos personales contamos es difícil confiar y, si no confiamos, nos defendemos. Esta ignorancia de nosotros mismos nos lleva a conclusiones poco adaptativas: “Si alguien me ha hecho daño... todos me van a hacer daño. Es mejor no mostrarme y evitar relacionarme en verdad y en profundidad”. Lo cierto es que nadie nace con corazas emocionales, se construyen: al sentirnos en peligro, cuando nos hacen daño y no sabemos cómo responder, cuando nos prohíben sentir o nos penalizan al expresarnos; cuando sentimos que nuestras relaciones son hostiles, tóxicas y amenazadoras; cuando el dolor es tan hondo que estamos “en carne viva”… entonces creamos corazas para sobrevivir, aunque, así, dejemos de vivir.