Energías emocionalmente ecológicas
Otoño…
Sé sabio como los Árboles y cuando la vida te pida que dejes caer las viejas hojas de tu mente y de tu corazón, no dudes en hacerlo, para que tu alma pueda disponer de un vestido nuevo cada primavera.
Cambios. Disminuye el nivel de luz, los días se acortan. La naturaleza nos avisa: es tiempo de mudanzas. Algunos Árboles se desprenden de sus hojas regalándonos sus colores otoñales. No se resisten a su provisionalidad. Saben que es preciso descargarse de pesos y descansar para reiniciar una nueva primavera. Son sabios. Nuestro cuerpo puede notar un descenso en sus niveles de energía. Apetece quedarnos a buen refugio, al lado de un cálido fuego, degustando una bebida caliente o, tal vez, pasear tranquilamente por un suelo alfombrado de hojas de tonos rojos, ocres y amarillos. Curiosamente, cuando la naturaleza endentece sus ritmos, nosotros los incrementamos, iniciamos un nuevo curso, retomamos actividades y proyectos. Hay una desincronía entre lo que sería nuestra tendencia natural y la exigencia de actividad a que nos sentimos sometidos. ¿Cómo no resentirnos por ello? Cansancio físico, falta de vitalidad, sensación de que estamos “desenchufados” del flujo de vida. Nuestro cuerpo quiere prepararse, como la naturaleza, para un invierno reflexivo y, en cambio, desconectados como vivimos ahora de los ritmos naturales, nosotros incrementamos las demandas de energía.
