Ausente de sí mismo, ausente de los demás
La Ecología Emocional defiende un modelo de persona que, además de trabajar para conseguir un espacio interior armónico, se preocupa de los demás seres vivos que comparten su viaje: un ser humano empático, solidario y generoso. La responsabilidad y la conciencia del impacto global son los dos puntos clave de esta teoría: Todo lo que hacemos o dejamos de hacer, mejora o empeora el clima emocional global y aumenta o disminuye los niveles de sufrimiento de la humanidad entera. Lo que somos nosotros… Esto es nuestro mundo. Por este motivo, no es posible crecer bien aislados o desconectados de los demás. La pasividad, bien sea por falta de conciencia o por inhibición de la responsabilidad, es una forma desadaptativa de responder a los retos y demandas que la vida nos plantea. Y una de las formas que adopta la pasividad es el perfil del ausente...